Sumario: En marzo, miles de
católicos fervientes partieron en romería hacia un suburbio de Bombay para
beber del agua que salía de los pies de un Cristo crucificado, convencidos de
que se trataba de un líquido milagroso y purificador.
Agencias.- Después de haber
examinado el goteo, Sanal Edamaruku, presidente de la Asociación racionalista
india, afirmó que éste venía de una evacuación de agua y que representaba un
peligro para la salud de sus consumidores.
Sus
declaraciones provocaron inmediatamente la ira de los grupos religiosos y una
denuncia que lo acusa de propagar "el veneno anticatólico" fue
presentada en Bombay, lo que podría costarle tres años de cárcel por blasfemia.
"No
traten de hacer que India vuelva al oscurantismo", lanzó Sanal Edamaruku a
sus detractores en un debate de televisión. Uno de ellos es Joseph Días,
secretario general del Foro secular católico-cristiano, que le atribuye
"un prejuicio encarnizadamente anticristiano".
En
un comunicado transmitido a la AFP, Días desmiente que el escape de agua del
calvario haya sido presentado como un milagro divino pero al mismo tiempo
refuta la teoría de Edamaruku.
Oficialmente,
India es un país laico, pero la blasfemia sigue siendo un delito castigado en
este inmenso país de mayoría hindú, compuesto de importantes minorías étnicas y
religiosas (budistas, cristianos y musulmanes). La ley prohibe "los actos
deliberados y malintencionados destinados a ultrajar los sentimientos
religiosos de una comunidad, insultando su religión o sus creencias".
Escudándose
en el derecho a la libertad de expresión, los abogados de Sanal Edamaruku
quieren recurrir al Tribunal Supremo para que se pronuncie sobre esta
disposición del Código Penal que data de la época colonial.
Sanal
Edamaruku compara la reacción de los católicos indios con la de los
"fundamentalistas islámicos", que habían emitido una fetua,
condenando a muerte al escritor Salman Rushdie después de la publicación de los
Versos satánicos en 1988.
Salman
Rushdie, cuyo libro sigue estando prohibido en India por insultar al Islam,
denunció recientemente en Nueva Delhi el "fanatismo religioso" que en
enero le impidió participar en la mayor feria del libro indio en la ciudad de
Jaipur. "Siempre he dicho que hay dos Indias", declaró. "La del
siglo XXI, que es progresista, moderna, científica y la India del siglo XVII,
que nos hace volver a épocas oscuras de intolerancia, mojigatería y
superstición", agregó.
Edamaruku
atacó en particular al célebre Sai Babá, que millones de indios consideran como
un dios viviente, dotado de poderes sobrenaturales, y en cuya casa cuando
murió, se encontraron casi cien kilos de oro, 307 kilos de planta y 115
millones de rupias (unos 2 millones de dólares) en efectivo.
Maracaibo 24 horas
No hay comentarios:
Publicar un comentario